Al igual que la escuela de Singapur prueba el Ipad como reemplazo a los libros de texto, existen muchas otras instituciones en el mundo que se han preocupado por cambiar la manera en que se enseña en la actualidad. Si bien es cierto, como se menciona en el vídeo anterior, es preocupante que los niños o jóvenes desvíen su atención hacia otras cosas o temas que no sean los propiamente estudiados en el momento, es responsabilidad tanto de los docentes como de los padres de familia, capacitarse lo suficiente para poder orientar al menor hacia un manejo correcto de las tecnologías, permitiéndoles sacar mayor provecho de estas en todas las áreas de su vida.
Resulta sumamente interesante el formarse como educador(a) en esta época actual, pues presenciamos cambios constantes en la forma de enseñar, recursos novedosos que nos invitan a una continua actualización, niños y jóvenes que exigen la modernización de todos los contextos en que se desenvuelven y por ende de aquellas personas que les rodean. Sin duda, no sabemos si la formación que recibimos el día de hoy, nos servirá para enfrentar el campo laboral que nos espera el día de mañana. No sabemos que nuevas tecnologías vendrán en cualquier momento a revolucionar aún más el amplio y complicado mundo de la educación, lo que si sabemos es que nos toca mantener la mente abierta a las cientos de posibilidades que nos esperan.
Es indiscutible que la tecnología nos favorece a todos y en el caso de los niños o jóvenes con algún tipo de discapacidad es aún más notorio. Continuando con el tema del Ipad, este ha venido a facilitar en gran medida el aprendizaje tanto para aquellos que poseen dificultades motoras, como auditivas, intelectuales e inclusive visuales.
Este tipo de tecnologías, al ser tan útiles, fáciles de utilizar, portátiles, llamativas a los ojos de cualquier adulto, joven o niño al que se le presenten, deberían estar disponibles en todas las escuelas de educación especial. Lo anterior recordando que la tecnología en el caso de las personas con discapacidad no es un lujo, sino un derecho.
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