Hasta el momento en el curso habíamos abarcado los productos de apoyo destinados a facilitar el diario vivir y el aprendizaje de las personas con discapacidad, sin embargo, es hasta ahora cuando se nos hace reflexionar acerca de la importancia que posee también, el facilitar apoyos para que dichas personas puedan divertirse y aprovechar su tiempo libre en actividades recreativas.
Dentro de la búsqueda de distintos productos de apoyo para el ocio y la recreación, dos de ellos llamaron poderosamente mi atención. Normalmente las personas piensan únicamente en los niños cuando se habla de recreación, y precisamente el alejarme de este pensamiento fue lo que me agradó de los productos elegidos, ya que ambos se centran no solo en la diversión de los niños, sino también en la de jóvenes, adultos o de cualquier edad en que se encuentre la persona que los requiera.
El primer apoyo consiste en una silla que se utiliza para poder ingresar a una piscina. El objetivo es que las personas con problemas de movilidad y/o en silla de ruedas, puedan pasar de su silla a la de la piscina, y esta última lo introduce al agua sin tener que realizar ningún esfuerzo adicional. Del mismo modo la persona con discapacidad puede utilizarla para salir de la piscina.
El segundo apoyo se refiere a una silla con llantas y estructuras especiales que la hacen apta para utilizarse en la playa, parques o cualquier zona de descanso que se considere de difícil acceso para una persona con deficiencia en su movilidad.
A ambos productos los considero muy interesantes y útiles, pues permiten que las personas puedan disfrutar de actividades que de otra manera no podrían realizar.
Como lo he mencionado en otras oportunidades, la tecnología debe estar al alcance de todas las personas con discapacidad, de modo que les permita desenvolverse en igualdad de condiciones dentro de la sociedad y así obtener una mejor calidad de vida.
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